Los días de noviembre que pasé con mi novio en Itamambuca también nos llevaron a Paraty, una ciudad colonial del estado de Rio de Janeiro fundada en 1667. Casi una hora de ruta bordeando el mar y observando como la vegetación iba cambiando de a poco, manteniendo siempre el verde y la mata. Al llegar en auto a Paraty desde el estado de São Paulo la primera visión que tuvimos de la ciudad fue desde la bahía: un cielo totalmente gris, el mar que serpenteaba y un aglomerado de casas bajas en la orilla, algunas cúpulas de iglesias y barcos anclados.
La lluvia amenazaba y nosotros bajamos a caminar. Paraty era realmente pintoresca, con sus adoquines, turistas, calles angostas, banderines al viento, locales de artesanías y ateliers. Sus casas blancas con los marcos de puerta y ventana a color: azul, rojo, verde, amarillo. Indistinto, en composé. Espiaba por las ventanas y encontraba patios antiguos, con sus galerías internas y pisos de colores.
Al poco tiempo de haber llegado la lluvia dejó de ser amenaza y se convirtió en realidad. Nos refugiamos en una librería (muy linda por cierto, con un cafecito en su patio, se llama Livraria das Marés) y cuando paró decidimos continuar la caminata. Al fin y al cabo habíamos ido para recorrer la ciudad y un día lluvioso no nos los iba a impedir.
Cómo explicarles lo que vieron mis ojos… Reflejos, infinitos, quería capturar todos con mi cámara. Colores brillantes que se dejaban ver por el nublado, reflejos y más reflejos. Paraty en reflejos, era Paraty de los reflejos. Ahí recordé algo que nos había dicho el dueño de la casa donde estábamos parando en Itamambuca: “Paraty, la única ciudad donde los cables de la luz eléctrica van por debajo de las calles y el agua circula por arriba”. Nunca tan literal.
Reflejos de cuadras enteras, faroles en destellos, flores, ventanas y puertas dobles. Caminamos por cada calle, por la costa, vimos barquitos y casas majestuosas. La Rua da Lapa fue de las más bonitas. También la Rua do Comercio y la matriz. Había árboles de flores coloradas, escritos y reflejos, siempre reflejos.
Cada lugar se nos presenta de una forma, de eso no hay duda. Y Paraty fue a través de sus reflejos.
Cómo llegar a Paraty / Como chegar a Paraty:
Desde São Paulo: 270 km aproximadamente. Se puede ir en auto o bien en micro con la empresa Viação Reunidas Paulista.
Desde Rio de Janeiro: 250 km aproximadamente. Se puede ir en auto o bien en micro la empresa Viação Costa Verde.
Qué bonitas postales de Paraty en un día de lluvia. Yo estuve en unos días soleados y me encantó el pueblito. También fui hasta Trindade, qué playa tan bonita. Un saludo de la cosmopolilla.
Gracias! Quiero volver y pasar más días, Trinidade quedó pendiente… Saludos!
Lindas fotos. Deu saudade de Paraty 🙂
Obrigada =) Eu também já estou com vontade de voltar haha