Siempre me gustó ver los paredones de las ciudades inundados de colores y escritos. Como si un ladrillo, una esquina, una medianera, un banco de plaza fueran el lienzo de esos artistas que andan por las calles dejando su mensaje, su impronta. Un lienzo de texturas, repleto de huellas pasadas, de usos y prácticas, que
