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Nuestros días en Salvador da Bahia también incluyeron degustación de helados (sorvetes, en portugués). Además de sabores de frutas que nunca antes habíamos escuchado nombrar (sobre todo en mi caso, acostumbrada a la oferta de Buenos Aires), cuentan con algunas misturas realmente memorables para el paladar. Les dejo aquí una breve reseña de dos sorveterias
¿Cuántas veces vi esas cintitas coloridas antes de viajar a Salvador de Bahía? ¿En cuántas muñecas, en cuántas valijas, en cuántas mochilas, en cuántos armarios? Anudadas y flameantes con su leyenda “Lembrança do Senhor do Bonfim da Bahia” (“Recuerdo del Señor de Bonfim de Bahía”). Rosas, amarillas, naranjas, blancas. Algunas más brillantes, otras gastadas y
Inmensas eran mis ganas de conocer Salvador de Bahía. Aprovechando estos meses que llevo viviendo en São Paulo y luego de haber finalizado el semestre facultativo en la USP, emprendí junto a mi novio un viaje de 10 días a Bahía que se repartieron entre la ciudad de Salvador y las playas de Morro de
Como ya dije sobre Buenos Aires y Rio de Janeiro, ¿a quién no le gusta mirar la ciudad desde lo alto con la ilusión de descubrir los secretos de esa urbe que se levanta frente a nuestros ojos? De las que fui capturando hasta el momento, me quedo con la São Paulo vista desde el
São Paulo está repleta de viaductos. Fue una de las primeras cosas en las que reparé cuando conocí la ciudad ya que en Buenos Aires (donde crecí y viví la mayor parte de mis 26 años) casi no los hay. Quizás es por la forma ondulada que tiene São Paulo, por estar sobre morros, por
