Era un día de verano, enero. El año comenzaba y eran mis últimos días en Buenos Aires antes de volver a São Paulo después de dos semanas de vacaciones porteñas. Y ahí fuimos, a conocer la antigua casa de Victoria Ocampo en San Isidro, plena zona norte del Gran Buenos Aires. Nunca habíamos ido; ni mis padres, ni André, ni mi tía, ni quien escribe. Yo ya había visto algunas fotos: una casona preciosa, un parque más precioso aún y cuartos y más cuartos que fueron testigos de encuentros, soledades y ebullición cultural del siglo XX. ¿Cómo no querer conocer Villa Ocampo?
Entramos por la puerta que da a la calle Elortondo. Un portón se abre a un jardín con un sendero de verde, flores, estatuas y árboles. Hace frío a la sombra. La mansión aparece en el lado derecho, naranja, ocre y amarillo, esos son los colores que veo. Cálidos, bien cálidos, con el cielo azul de fondo. Bienvenidos a Villa Ocampo.
Participamos de la visita guiada. Recorremos los cuartos, nos enteramos quiénes la frecuentaban y dónde acostumbraban a reunirse. Cómo pasó de ser la casa de vacaciones de la familia, al hogar de Victoria. Todavía se guardan la gran mayoría de los muebles originales, pinturas y otros artículos que permiten reconstruir el estado de época y la historia familiar. En el piso superior hay un inmenso balcón que da al jardín, con una vista magnífica ya que la mansión fue construida sobre una barranca.
Villa Ocampo fue escenario de discusiones y lecturas, muchos pensadores argentinos y de otras latitudes deambularon por sus corredores y pasearon por su galería y jardines. Escribieron, se divirtieron y debatieron. Entrar de una habitación a otra es un viaje en el tiempo que nos hace fantasear e imaginar que en uno de esos sillones podría estar ahora Victoria Ocampo leyendo un libro o alguno de sus invitados como Ortega y Gasset, Gabriela Mistral o el propio Jorge Luis Borges.
Y el jardín, qué decir del jardín. Siempre que visito este tipo de lugares paso más tiempo en los parques que en otro espacio. Me gustan, no tengo otra explicación. Y el de Villa Ocampo no fue la excepción: verde y floreado, rodea la casa, lleno de enredaderas, con una fuente y una glorieta de madera en sus fondos. Baja cuesta abajo entre árboles y senderos hasta la calle donde termina el terreno y se comunica con la galería de la casa por una escalinata de cuento.
Coronamos la tarde tomando el té en Villa Ocampo, en una mesa de la galería posterior con vista al jardín, charlando sobre el paseo y nuestras impresiones. Disfrutando entre tazas y dulces de ese primer domingo de enero, en familia. Imaginando cuántas veces se habrá sentado ahí también la familia Ocampo o los invitados que llegaban.
Villa Ocampo
http://www.villaocampo.org
Dirección: Elortondo 1811
Beccar – Partido de San Isidro
Provincia de Buenos Aires, Argentina
Teléfono (54-11) 4732-4988
Horarios:
Miércoles a viernes de 12,30 a 18hs.
Sábados, domingos y feriados de 12,30 a 19hs.
Precio entrada / Bono contribución:
Miércoles, jueves y viernes: $35
Sábados, domingos y feriados: $45
Menores de 12 años, gratis
Cómo llegar: consultar mapa en el sitio
Para tomar el té en Villa Ocampo: sirven almuerzo hasta las 15:30hs y el té hasta las 18:30hs. Les sugiero llamar antes por teléfono y reservar una mesa (15-4163-2496). Aceptan únicamente pago en efectivo.